La legalidad como pilar para recuperar la grandeza de la Universidad Veracruzana

La Universidad Veracruzana (UV), por décadas, fue orgullo académico y cultural de Veracruz y de México. Sus egresados eran sinónimo de excelencia, con formación sólida en ciencias, artes, tecnología y humanidades. Eran profesionistas altamente demandados en el mercado laboral, ocupando puestos bien remunerados y de gran responsabilidad. El prestigio académico de nuestra Alma Mater, su producción científica, su impulso a las artes y su contribución al desarrollo económico del estado la convirtieron en una institución modelo. Sin embargo, en los últimos años, la UV atraviesa una crisis profunda que amenaza su esencia, su autonomía y su capacidad para responder a las demandas de una época de transformaciones aceleradas.
Hoy, la Universidad Veracruzana enfrenta una doble problemática:
- La transgresión a su marco legal. La decisión de la Junta de Gobierno de otorgar, de manera ilegal, una prórroga de cuatro años al actual rector Martín Aguilar Sánchez, rompe con los principios normativos que regulan la vida universitaria. Esta medida, percibida como un acto de control político por parte de grupos de poder, ha despertado una inconformidad generalizada en la comunidad universitaria. La Universidad, en lugar de ser un espacio de debate académico libre y autónomo, corre el riesgo de convertirse en un instrumento al servicio de intereses ajenos a su misión educativa y científica.
- El retroceso en la mayoría de los indicadores académicos y de calidad
de la actual administración son alarmantes: en el ranking internacional Quacquarelli Symonds, la UV se ubica en el lugar 1,483 de 1,500 universidades evaluadas a nivel global y ocupa el último lugar entre las 32 universidades mexicanas consideradas. Este deterioro no solo afecta su prestigio, sino también el valor del título que obtienen sus egresados, debilitando sus posibilidades de competir en un mercado laboral cada vez más exigente y globalizado.
Restablecer la legalidad en la Universidad Veracruzana no es un tema burocrático, es la única forma de devolverle su misión: ser autónoma y libre de intereses políticos; ser líder nacional e internacional en investigación y formación profesional; y, sustancialmente, ser motor de la economía veracruzana, generando innovación, conocimiento y emprendimiento. Una universidad que viola su propia normatividad no puede exigir excelencia ni formar líderes éticos. La legalidad es el cimiento para reconstruir la confianza, elevar la calidad académica y recuperar el prestigio perdido.
La gravedad de esta crisis no se limita al presente: compromete el futuro de las nuevas generaciones de estudiantes. En un mundo donde la inteligencia artificial, la automatización, la biotecnología, las energías limpias y las nuevas industrias creativas están transformando la economía global, la UV debería estar formando profesionales con las competencias necesarias para liderar esos cambios. Sin embargo, la falta de un proyecto académico de la actual administración de Rectoría, la carencia de visión y de inversión en innovación, ciencia aplicada y vinculación con el sector productivo, está dejando a los jóvenes veracruzanos en desventaja frente a sus pares de otras universidades del país y del mundo.
Esto significa pérdida de oportunidades laborales, menor capacidad para generar emprendimientos de alto valor y un rezago que podría volverse irreversible si no se toman medidas inmediatas. Lo que está en juego no es solo la reputación de la UV, sino la posibilidad de que Veracruz forme parte de las economías del conocimiento y la innovación; pero sobre todo, que se convierta en líder nacional en productividad y desarrollo.
Está claro que actualmente en nuestra entidad enfrentamos retos en infraestructura, inversión, competitividad y bienestar social, justamente por ello es que nuestra Alma Mater debería ser el motor estratégico del desarrollo económico, pues es evidente que su papel no solo radica en formar profesionistas, sino en:
- Generar investigación de frontera en áreas clave para el desarrollo sostenible de Veracruz.
- Fomentar la transferencia tecnológica hacia las empresas locales para incrementar su competitividad.
- Impulsar industrias culturales y creativas como fuente de empleo y proyección internacional.
- Vincular a sus estudiantes con proyectos reales que fortalezcan la economía regional.
- Ser un referente nacional en la formación de líderes para los sectores público y privado.
No habrá transformación posible sin legalidad; es necesario que se respeten los procesos democráticos internos que marca la ley: Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana; Ley de Autonomía y Reglamento General; es más, es fundamental garantizar la transparencia en las decisiones y elegir a las autoridades bajo el procedimiento que marca la normatividad universitaria, para recuperar la confianza de los universitarios. La Universidad Veracruzana no puede resignarse a ser una institución rezagada: Veracruz necesita que su universidad sea líder entre las universidades públicas y privadas del país; una institución innovadora y con visión global, capaz de impulsar el talento de sus jóvenes y de convertirse en socio estratégico del desarrollo económico y social de la entidad.
Quienes estamos buscando la protección de la justicia federal para reestablecer el orden legal que debe prevalecer en nuestra universidad, tenemos claro que defender la legalidad no es solo un acto jurídico: es la primera piedra para reconstruir el futuro de nuestra Alma Mater y garantizar que las nuevas generaciones tengan las oportunidades que hoy se están perdiendo.
Comentarios, al correo: rvelam_1@hotmail.com
Dr. Rafael Vela Martínez
